Escamilla, un
imaginero estepeño
Eusebio Rico Jiménez
No
conocí a Manuel Escamilla, ni a Francisco Reina ni a Juan Antonio Blanco. Todos
ellos tenían en común el haber trabajado en Estepa y el dedicarse al noble Arte
de la Escultura. Juan Antonio Blanco, asturiano afincado en nuestra ciudad en
el S. XVIII, supo tallar la piedra blanca de nuestras sierras para dejarnos parte
de su obra en portadas como la de la Victoria, hoy lateral de San Sebastián.
Francisco Reina, hijo de Estepa, recogerá el relevo un siglo después, en el
XIX, para continuar creando y tallando la piedra caliza: trabajos suyos son la
escultura de San Vicente en la calle Dehesa o la restauración de la portada de la
Iglesia del Carmen, obra de otro artista afincado en Estepa, Andrés de Zabala.
Como
diría el profesor D. Juan Juárez, el “arte” es como un aliento que viaja en el
aire y que entra en el espíritu de alguno de nosotros. El relevo de este
aliento en el S. XX lo recogerá Manuel Escamilla Cabezas. Tallista de madera
como ocupación principal, no desdeñó sin embargo la piedra como medio de
trabajo o expresión: valga como muestra la pequeña escultura en caliza que
preside la hornacina de la portada principal de San Sebastián. Se trata de la
cabeza de un Cristo doliente, Ecce Homo o Cautivo.
Nacido
en Estepa en 1914, veinte años después se trasladó a Sevilla. Su inquietud
artística lo llevó a trabajar en los talleres de alguno de los artistas más
reconocidos de la ciudad, como el maestro Castillo Lastrucci. En 1960 abrió su propio
estudio en la calle Castellar, taller de donde saldrían numerosas obras que se
repartirían por todo el territorio nacional. Quizá lo más conocido en la
capital hispalense sea su Virgen de la Cabeza, obra singular para la que
utilizó como base la cabeza de un ángel de uno de los retablos de la iglesia.
No son muchos los autores que pueden presumir de que en Sevilla salga en
procesión alguna de sus imágenes, circunstancia que nos habla del buen hacer del
estepeño y que debiera de ser motivo de orgullo de todos los cofrades de
Estepa. Con el paso del tiempo su taller fue también aula en la que se formaron
otros imagineros que, como él, buscaban la mano de un maestro que supiera dirigir
el impulso y la voluntad de crear desde la madera.
De
su obra en Estepa podemos destacar la Inmaculada Concepción que preside
actualmente el retablo mayor de la Iglesia de las Hermanas de la Cruz. Como ya
citara el P. Martín Recio en un artículo de 1977, Manuel Escamilla podría
llamarse “el escultor de la Inmaculada”, contándose entre su producción más de
300 imágenes de la Purísima. Quizás más desconocido es saber que de sus manos
salió el gallo que acompaña a San Pedro el Martes Santo en Estepa.
Pero
sin duda, la obra por la que muchos hemos llegado a Escamilla es el Santísimo
Cristo de la Salud, más conocido en Estepa como el Cristo del Calvario. Antes de
que se instalara en Sevilla, algunos de los miembros de la Junta de Gobierno de
la Hermandad habían compartido oficio de carpintería con Escamilla. Quizás fue
esta amistad el motivo por el que en 1952 se decidió encargarle la talla del
titular de la Hermandad. La imagen, por la que se pagaron en aquella época 22.000
ptas., se realizó en su taller sevillano. Son muchas las anécdotas que se
pueden contar sobre esta escultura. Por boca de su hija Asunta sabemos que
cuando la imagen, estucada en blanco, se secaba en el patio de la calle
Castellar, dos golondrinas se posaban cada día en la corona de espinas del
Cristo. Quién conoce el “Calvario” sabe de las grandes proporciones de su
Cristo; como el “cliente es el que manda”, a Escamilla se le pidió, por expreso
deseo de la Hermandad, un Cristo grande, tan grande que cuando pasara por el Cerro
se viera desde el pueblo, “tan grande como Eloy Pelovaca…”. Como buen profesional,
el imaginero cumplió el contrato y el Calvario es grande, perfectamente
proporcionado pero grande. Cuando la imagen llegó a Estepa, a Escamilla le
pareció aún más grande y quiso llevársela de nuevo al taller para hacer otro
nuevo. La Hermandad se negó, reprochándole en broma que lo que pretendía era
venderla en Sevilla. Al final quedó en Estepa. La recepción fue en el Convento de
San Francisco, en el claustro, donde se sirvió una comida para celebrar su
llegada.
En
la Semana Santa de 1981, tras una tormenta que sorprendió al Calvario en mitad
de su recorrido, la imagen sufrió daños en la policromía.
Restaurada
por el propio autor y con la imagen ya colocada en los muros de la iglesia, se
propuso a Escamilla que estampara su firma en los pliegues del sudario. A falta
de un punzón adecuado, el imaginero, navaja en mano, firmó: “Escamilla 1952”
grabado en la policromía después de insistir en que debajo de la mascarilla no
se había colocado ningún pergamino con el nombre del autor.
Desconozco
si en Estepa hay otras imágenes en casa de particulares y si entre su
producción hay obras de carácter profano. Como muchos autores curtidos en Sevilla,
el sentimiento religioso y la tradición barroca de la ciudad impregnan de tal38
manera a sus creadores que resulta difícil escapar a una iconografía que se
respira desde sus centros de formación hasta las casi diarias expresiones
populares de fe.
El
15 de enero de 2005 falleció en Sevilla, a los 91 años de edad, el imaginero
estepeño. La Hermandad del Calvario de Estepa despidió al artista con una misa
in memoriam. Quien alcanzó a conocerlo y pudo compartir con él alguna
conversación sabrá que se fue con cierta añoranza del reconocimiento de su
ciudad natal. No es de extrañar; demasiadas veces, la gratitud hacia los que
hacen grande el nombre de nuestros pueblos llega, si es que lo hace, tarde y
mal. Serán muchas más las anécdotas que rodean la vida y la obra de Manuel
Escamilla.
Fotos: Quino Castro/PassioOstippensis/EstepaCofrade
1-Manuel Escamilla junto a la imagen de la Inmaculada de la iglesia de
Ntra. Sra. de los Ángeles. Años 60
2-1983. Escamilla firmando su obra cumbre en Estepa, el Cristo de la Salud.Fotografía: Archivo de la Hdad.
3-Ntra. Sra. de la Cabeza de la Hermandad de las Siete Palabras (Sevilla)
4-El gallo de la Hermandad de San Pedro de Estepa
5-Ecce Homo. Talla en piedra que preside la entrada a la iglesia de San Sebastián de Estepa.
3-Ntra. Sra. de la Cabeza de la Hermandad de las Siete Palabras (Sevilla)
4-El gallo de la Hermandad de San Pedro de Estepa
5-Ecce Homo. Talla en piedra que preside la entrada a la iglesia de San Sebastián de Estepa.
Artículo extraído de la Revista de Feria de Estepa, Año 2014
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